walking down the street...

Hoy me lancé en busca de algo con las tres B’s (Bueno, Bonito y Barato) para el magno popof evento de la próxima semana. Y pues reconozco que en fin de semana mi aspecto, salvo que salga a un lado con los amiwis o con un espécimen interesante, es descuidado. En pocas palabras; me vale madres, no me arreglo, tengo flojerota-hueva y punto.
Y cuando salgo a la calle, salvo las ya dos mencionadas excepciones, es igual, pues en pants, tenis favoritos, camiseta, despeinada aha aha aha y con mi carita deliciosa pero sin lavar, me fui de compras a buscar dicha cosa adecuada en tiendas departamentales con la esperanza de que algo triple B estuviera en oferta.
Pues me pasó lo mismo a que a Julia Roberts en Pretty Woman cuando todavía no se volvía chica nice, la vendedora de JULIO (aún me pregunto que carajos buscaba ahí) me trato peor que si fuera una ladrona, mientras yo merodeaba por la tienda ella me seguía a todos lados chocando muy de cerca todos mis movimientos. Ya saben que soy araña paranoica, pero si algo que me emputa muchísimo es que me estén vigilando como si fuera a hacer algo malo. Ok, tal vez mi aspecto se prestaba un poco a eso adicionando de que estaba lloviendo y parecía sopa, pero no es razón suficiente para recibir ese trato. Además, no entiendo a las pipirisnice que se arreglan como si fueran a un desfile cuando van de compras y se tienen que desvestir para probarse ropa, lo digo con conocimiento empírico a posteriori, lo juro. Lo peor que puedes hacer es llamar la atención en el Centro de esta ciudad, una vez que ni iba de compras casi me asaltan y por eso no llevo ni mis aretes de $20.
Total, la vendedora ya me estaba colmando la paciencia además de que mi miraba con aire “en tu vida podrás comprar eso” que por una parte era cierto, me volteo y le digo.

-¿Puedo hablar con la gerente?
-*Sonrisa mamonisisisisima en su fea cara* Soy yo, ¿qué se le ofrece?
-*Sonrisa de autosuficiencia y muestro el “plástico de débito”* Nada, sólo preguntarle si aceptan tarjetas, pero…creo que mejor no compraré nada, el ambiente hostil afecta mis fondos.

Y me largué disfrutando su cara orneada, Je looser. Lo peor de la mercadotecnia es que ha enseñado a sus vendedores que dinero mata verbo y carita, pero no ha enseñado nada contra la inteligencia.
Encontré algo en otra tienda no tan nice, donde la chava si me trato muy bien :), y espero que sirva.
Pronto les comentaré sobre eso.