En camino por salir (y aceptar…) mi enclaustramiento depresivo, estas dos semanas no podía entrar al cuarto donde esta el estudio (dónde esta la PC y la TV), pues mi papá mando barnizar la duela: “Sólo serán un par de días” me dijo. Y ese par de días se volvieron dos semanas, por que habían barnizado mal y tuvieron que hacerlo todo de nuevo. Por lo que, privada de factores tan distractores como los que se encontraban en ese cuarto, retomé mi casi perdido en estos meses, hábito de lectura.
Leí lo que había en la biblioteca familiar y que nunca había visto: Yerma de García Lorca, ¿Quién de nosotros? de Mario Benedetti (buenísimo, lo recomiendo ampliamente), y fui a comprarme Doce Peregrinos de García Márquez, que hace años había leído y quería comprar. Cuado quería leer me iba a cualquier metro, acaparaba asiento sin cedérselo a nadie, prendía mi ipod y me ponía a leer mientras recorría toda la línea. Sólo me bajaba para trasbordar a otra o para regresarme. El mismo método uso para cuando quiero estar sola, además de barato conozco subterráneamente la ciudad sin exponerme tanto. He recorrido enteras las líneas 2, 3, 7, 9 y A (la más horrible, no volveré a usarla al menos que sea estrictamente necesario).
Prometo esta noche empezar los libros de la tesis, la idea era ejercitar mi lectura rápida y comprensión aparte de distraerme un poco. Ya es hora de trabajar.
Con eso de que no consigo trabajo y la mera verdad ya me harté de buscarlo, decidí prepararme mejor y busqué una escuela que me diera clases intensivas de ingles. Lo que renegaba desde hace años, pues nunca se me facilitaron los idiomas. El ingles sólo lo uso para las canciones, algunos autores, conversaciones banales y ya. Pero como uno de los requisitos de titulación y de trabajo es tener un buen nivel de ingles, así que ni paper. Dentro de dos semanas volveré a ser alumna, aunque sea de idiomas y muy pocas horas al día.
L me ha dejado “tareas” para lograr comprender ciertas cosas, la de esta semana es observar (me) que es más predominante en mi; si Eros o Thánatos. Como a veces los sicólogos manejan términos filosóficos, para las dos es fácil entendernos en ese terreno.
Aunque no comparto que usemos el método de Freud (simplemente por que me cae mal), supongo que si me dejó esto es por algo.
La primera vez que fui a un psicólogo tenía 17 años y sólo fui por que mi madre me mandó, aunque era ella la que tenía que ir realmente (dicho también por la propia sicóloga) esa terapia solo me ayudo a saber que carrera elegir y que hacer con mi vida aunque a mis padres no les gustara. A raíz de que hice lo que se me pegó la gana, abandoné la terapia. Pues obvio con mi carrera que sirve para lo mismo pero a varios niveles, no la necesitaba y aparte ya no estaba lo que se dice en crisis. Y al parecer cada vez que se cierra un círculo vital en mi vida para abrirse otro, en ambos casos la escuela, estoy en crisis. ¿Qué sigue? ¿Terapia por que me corrieron del trabajo por corte de personal?. Aunque siendo honestos, no fue sólo lo del término escuela y desempleo lo que me determino ir a terapia. Fueron varias cosas que llevo cargando desde hace bastante rato junto con unas más recientes. Para no ahondar en detalles, digamos que el humano tiene tres emociones principales: la alegría, el enojo y la tristeza, y siempre hay una o alguna variación de esas que le es muy difícil saber manejar a cada uno. Unos siempre parecen estar de buenas o en un estado imparcial y nunca los ven enojados y si se llegasen a enojar parecen irreconocibles. A otros una buena noticia o una razón para estar feliz les es indiferente o la toman con mucha sospecha, como si no la merecieran, y a algunos los puedes ver enojados por todo y riendo de cuanta tontería aparezca, pero jamás los verás decaídos, pero cuando están tristes son todo menos tranquilos y solemnes...
Pocos lo saben, por lo general no lloro de tristeza o de nostalgia, generalmente lo hago de coraje, impotencia o enojo. Si alguien me hace una chingadera, lo puteo y parto su madre. Cuando sapo verde estúpido y pendejo hizo esta barbajanería, en lugar de ponerme a llorar como novia herida lo maldije hasta su puta madre y a toda su maldita gente (y su madre es un pan, que me perdone). Cuando me peleo con alguien o me fue mal en algo, me desquito con quien se me atraviese y paga el pato que ni mató, aunque la culpable haya sido yo.
Cuando murieron personas importantes para mi, ni me inmuté, tarde varios días en aceptar que habían muerto (más bien en darme cuenta, por que yo pensaba que “seguían vivas” y que eso simplemente no estaba pasando), en lugar de llorar por que ya no los iba a volver a ver o por el sufrimiento que deja cuando alguien se va, los maldecía por haberme abandonado, los odié con todo el amor que les tenía y que aún les tengo.
No puedo manejar mi tristeza, por muy mínima que sea, prefiero evadirla o transformarla en enojo, que es lo más común. Pero, como todo, tiene un límite.
Hace como dos años caí en una profunda depresión, de esas que si van en serio.
Por venir aguantando no sé cuantas cosas, desde no sé cuanto tiempo. Dejé de hacer cosas que me gustaban, me volví muy hermética, todo me era indiferente, pasaba días sin comer algo, días sin dormir bien o por el contrario parecía que estaba hibernando, no ponía atención en nada, y a veces parecía que lloraba por todo, así estuve durante un año. La consecuencia de esto fue que me provoqué una anemia y una descompensación física terribles. Tal vez por eso no me gusta estar triste, por que sé que me puedo poner muy mal y no poder controlarlo, por eso lo evito. Por eso estoy yendo a terapia y me ha servido, por que no quiero volver a caer en esos extremos.
Ayer fue el primer día de clases den la facultad, tengo un poco de envidia pues ellos tienen un lugar a dónde volver y postergar su entrada a este horrible mundo real =/
Nel, ningún lado es sencillo.
¡Mi abuelita y una tía están de visita! Y mi mamá nos puso a la asistente y a mi a ayudarle a preparar chiles rellenos, pues mi abuelita hacía años que no venía al DF y dejó de comerlos. Así que como eso tiene su chistesito a la hora de cocinarlos se necesita toda la ayuda posible, y según mi mamá ya era hora de que aprendiera algunos trucos familiares que han pasado de cocina en cocina, para cuando me dignara a hacer otra cosa que no fueran pays y postres (por que es lo único que me animado a hacer), y me sentí un poco como Tita de “Como agua para Chocolate” la novela de Laura Esquivel, que hace algunos años traté de leer pero era demasiado sensual (sensual no de sexo o sexy, sensual viene de sentidos, explotaba los sentidos en la figura retórica) tenía demasiada metáfora e hipérbole y me empalagó y preferí ver una adaptación de cine en la TV, que tampoco me agradó. Pero bueno, cada quién
Aprendí a hacer los chiles, escuchando a mi madre una sarta de quejas contra no sé que, entre anécdotas de cocina que databan desde los tiempos de su bisabuela y penas que recordaba mientras desmenuzaba la carne.
Entonces entendí esa parte de la historia dónde dice que entrar a la cocina es entrar discretamente al corazón de una mujer. Y como cocinando va sazonando junto con sus secretos, que sólo salen a relucir al calor del fogón.
"Lo malo de llorar cuando uno pica la cebolla no es el
simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza y ya no puede
parar."
*Para quienes no son de México o no saben de dichos populares que ya ni se usan; cuando uno dice "estoy como agua para chocolate" significa que una persona está muy enojada (caliente como para preparar chocolate), es algo similar a cuando la gente dice que le hierve la sangre del coraje.
2 voces en mi cabeza:
Acabas de hacerme sentir demasiaod avergonzado. Hace meses que no leo nada. En marzo me prestaron un libro y aun no paso de la página 30 (cada que comienzo a leerlo algo sucede y tengo que suspender mi lectura, yr ecientemente me he quedado dormido. Prometo ya no desvelarme haciendo idioteces). Hace años que no recorro líneas completas del metro por puro placer (la única que no conozco es la A, gracias por advertirme sobre ella XD).
Sabes hacer postres? Tengo que probarlos, amo los postres! Y más si son caseros.
Mucha suerte en tu terapia y felicidades por tu aprendizaje de hacer chiles rellenos; me dices qué tal te quedaron.
Ah, y espero tu entrada para el concurso de la historia tlalpeña.
Comadre:
1. No manches, ¿somos escorpión? jaja... yo también prefiero el enojo a la tristeza, aunque a mi si me dan ataques de depresión más o menos constantes jaja...
2. No había leido el post del pendejo pero pienso exactamente lo mismo que usted, pero sabes, no sólo los hombres piensan que a nuestra edad no haber 'cogido -as they say-' es de apretadas, las mujeres también tienen una idea preconcebida de que si ya te ven 'big bubs' y caderas bien torneadas también ya eres sexualmente activa y esto lo digo por experiencia -no tanto por mis caderas jaja :P-... larga historia que contaré en mi blog este finde... pero que horror, neta que mentalidad tan liberal ¿no te parece?
3. Y sobre 'Como agua para Chocolate' a mi si me gusta esa pelí, sobre todo por Lumi cabazos 'Tita' que es una muy buena actriz y además esposa de Joselo ¬¬... Pero en realidad me gusta la forma en la que se narra la historia...
4. Y ya :P!!!
Bueno, tqmmmmmmmmmmmmm comadre!!
!ÁNIMO CHINGA!
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