Can buy me Love

Si Marx viviera, aparte de decir que el opio del pueblo ya no es la religión, sino el football, diría que los Beatles pecan de ingenuos como la mayoría de las mentes románticas. El dinero, SI puede comprar el amor. El dinero transforma el amor en odio, el odio en amor.

“Por su capacidad de comprarlo todo, de adueñarse de todas las cosas,
el dinero es algo cuya posesión es de necesidad eminente. Lo universal de
su capacidad constituye la omnipotencia de su esencia... es el intermediario
obligado entre la necesidad y el objeto, entre la vida y el medio de
subsistencia…, para mí es el otro hombre… El trabajo debiera ser fuente de
unión entre los hombres que entran en una comunidad de amor y de comprensión, en un recíproco engrandecerse,humanizarse, a través de las obras que crean. El dinero envenena ese orden natural
como intermediario universal entre los
hombres: se compra el amor, la amistad." MARX,: Manuscritos de filosofía y
economía

En mi caso, transforma el levantarme a las 5:00 am, el vestirme formal, el soportar dos horas de camino, el escalar el pinche cerro del Judío, (eso si, sin perder el glamour), el hablar sin interrupción y estar parada durante cuatro horas seguidas y escuchar comentarios de lo más idiotas de pubertos mal encarados, en amor al pensar en todo lo que puedo hacer con el mísero sueldo que recibiré dentro de cuatro meses…ah si, y también la satisfacción personal de ganarme mi propio dinero.
Soy honesta, me gusta al dinero. ¿A quien no? Ese pedazo de papel o metal es el dios tiene más fieles, y nadie le hace el feo. Y quien diga lo contrario, con todo respeto es usted un puto mentiroso. Siguiendo con Marx:

“El trabajador se siente a si mismo cuando no trabaja; cuando trabaja, no se
siente a si mismo.”

El miércoles no me sentía nada, nada.
Llegue afónica, con un dolor de piernas y de cabeza de campeonato, a la pregunta de “¿Cómo te fue?” de mi madre, lo que hice fue pasarla de largo e irme a dormir, lo último que quería hacer era hablar con alguien. Al día siguiente lo único que hice fue dormir y dormir. Supongo que es por que nunca he trabajado, es mi primera semana, no estoy acostumbrada a poner mi carita sonriente, el ser linda y compresiva con todos y encima hacerlo durante tres días a la semana. Nuevamente, lo que se hace por dinero.
No me malentiendan, no soy frívola capitalista. Si así fuera hubiera estudiado leyes o medicina en vez de filosofía, siempre va haber alguien que quiera demandar a alguien o se enferme. Aunque ser narcotraficante tiene más ingresos hoy en día que cualquier cosa y sin preparación alguna.
Soy una de las mentes románticas que aún piensa que hay cosas que no cambiaría por dinero. Aceptémoslo, somos hijos del capitalismo y de la sociedad de consumo. Donde tener, es ser y por lo tanto, valer.
A mis amigos no los cambiaría por ni todo el dinero del Chapo Guzmán, el amor que le tengo a mi perro, o a un ser querido, el crecimiento personal. Pero soy realista en que habrá personas o situaciones que si lleguen a hacerlo posible. Por ejemplo el casarse por dinero, no niego que sea una idea atractiva a primera instancia y sin presión alguna, como por ejemplo que tu familia se este muriendo de hambre. Pero no iría por la vida en pos de ella. En caso de que alguien llegue y lo proponga dentro de los límites sanos (que dudo que existan, pero supongamos que si) sería justa con esa persona, aceptaría pero a cambio haría lo posible por hacerla feliz o complacerla. Es un trueque justo. No creo que existan las cosas gratis o te las den desinteresadamente. Todo tiene un precio. Aunque lo mejor de la vida, a veces, es gratis. Sin embargo hoy en día todo eso no nos alcanza para sobrevivir, tenemos que sacrificarlas para lograr subsistir. El dinero es el proxeneta y nosotros las putas. La forma en que nos relacionamos con el dinero determina nuestros valores y el lugar que le damos en nuestras vidas y la importancia que tiene para nosotros expresa nuestra forma de ver el mundo.